Clavadistas en La Quebrada de Acapulco

Acapulco no solo ofrece la posibilidad de disfrutar de sus magníficas playas, también nos da la oportunidad de apreciar un paisaje maravilloso entre sus escarpados acantilados, mismos que acompañados del majestuoso sonido que producen las olas  al golpear con fuerza las rocas que los conforman no pueden dejar a nadie indiferente.

Los acantilados de Acapulco son un paisaje natural y el hogar de muchas especies de animales entre los que destacan diversas aves que ahí han creado sus nidos, además de otras especies como por ejemplo: ardillas arbóreas, mapaches, puerco espín, iguanas, armadillos, tlacuaches, tigrillos o gatitos ferales y algunos tipos de culebras, por lo que no es recomendable incursionar en ellos por rutas no establecidas exprofeso para el turismo.

Uno de los acantilados más visitado en Acapulco es "La Quebrada", conocido internacionalmente por la práctica de clavados que ahí se realiza. Ubicado en el centro del puerto es muy accesible para apreciar desde un mirador especial, a los audaces jóvenes que se lanzan desde sus más de 45 metros de altura, brindando un espectáculo sin igual.

Cabe destacar que, además de la dificultad para acceder al punto del salto, el clavadista debe calcular con precisión el momento de su lanzamiento, y esperar a que la ola haga que el nivel del mar este en lo más alto para evitar impactarse con las rocas del fondo, este es el mayor peligro, un error en esto podría causarle la muerte.

Visitar "La Quebrada" es un paseo muy recomendable, pues además de poder apreciar la belleza natural de la zona, la exhibición de clavados que se presentan tanto de día como de noche, donde los clavadistas se acompañan de llamativas antorchas, también se puede recorrer la "zona comercial", visitar el restaurante "El Mirador",  comer sabroso y darse la oportunidad de escuchar un poco de música en el auditorio al aire libre "Sinfonía del Mar", así como de disfrutar de una bellísima puesta de sol.